Estos poemas llegan al lector para quedarse. Use Lahoz se desviste en A todo pasado y desnuda sus poemas de formalidades, pero mantiene el aire coloquial y penetrante apuntado en Envío sin cargo. Como una declaración de principios, el primero bloque de poemas, Control de calidad, pasea por el amor en sus diversas vertientes, desde la ternura al desengaño. En el segundo bloque, Tesoro público, más desgarrador, Lahoz camina por el pasado, por las reservas que atesora la memoria y, por consiguiente, por lo vivido y ya inaccesible. A modo de tregua, tres sonetos de amor separan ambos bloques.

Se trata de un poemario de largo recorrido, abierto para todos los públicos. Y en ese trayecto, como en todo viaje, surge la memoria, la experiencia, el amor primero, el desamor último, trazos surgidos en el marco innegociable de aquellas ciudades donde todo sucedió.