Jaime el Barbudo es una de las últimas leyendas transmitidas de forma oral que ha sobrevivido en España hasta nuestros días.

El viajero que se acerque a la región fronteriza entre Alicante y Murcia, será puntualmente informado de que en tal casa el Barbudo tenía su escondite, o de que en cierto abrigo rocoso repartía el botín con sus compinches.

También le será mostrado el lugar en que fueron decapitados varios miembros de la banda, o podrá escuchar la historia de cómo el Barbudo burló a los migueletes. Podrá, asimismo, rastrear sus peripecias en los topónimos de la zona, ya se trate de la Puerta de Jaime o de las diversas cuevas que le sirvieron de refugio y que hoy llevan su nombre.