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El critiquín. El Criticón de Baltasar Gracián abreviado por Pilar Sánchez Laílla e ilustrado por José Luis Cano
Autores: Pilar Sánchez Laílla (textos adaptados de El Criticón) y José Luis Cano (ilustraciones)
Editorial: Prames
Colección: Imagen y palabra
ISBN: 978-84-96793-89-7
Formato: 17 x 32 cm / cartoné / 347 págs.
Edición: marzo 2025
Este Critiquín, como puede leerse en la portada, es una versión abreviada e ilustrada de El Criticón, de Baltasar Gracián.
«Lo bueno, si breve, dos veces bueno» dijo Gracián en otro libro, lo que no quiere decir que al abreviar El Criticón se haya perseguido ningún tipo de mejora del original, que sería pretensión harto pretenciosa, si se nos permite remedar su estilo. La única intención al abreviar el texto ha sido la de hacerlo más asequible a todos los públicos. Por primera vez en la historia.
El Criticón, obra cumbre del conceptismo barroco español, es un libro tan importante como poco leído. Ha tenido gran influencia en toda Europa gracias a filósofos como Schopenhauer, que lo tradujo al alemán. Y dando un salto de siglos hasta nuestros días, los estudios y la sabiduría de la Dra. Aurora Egido han relanzado el interés de los filólogos y demás eruditos por la obra del jesuita. Pero, en cualquier época, el número de sus lectores ha sido escaso.
La presente versión se ha realizado a partir de la magistral edición realizada por José Enrique Laplana, Luis Sánchez Laílla, anotada por ambos y María Pilar Cuartero para la Institución Fernando el Católico en el año 2016.
Como criterio general se ha modernizado el vocabulario (deste, escuras, lición, vitoriosa, agora..., etc.), si bien se mantienen los pronombres pospuestos y algunos otros rasgos significativos para mantener la esencia de la lengua de su época. Se mantienen también los términos antiguos cuya lectura no presenta excesiva dificultad.
Todas las notas al pie están tomadas de la edición de la IFC, aunque sin citar la fuente. Proceden, en general, del Diccionario de Autoridades y del Tesoro de Sebastián de Covarrubias. Se han evitado en lo posible, pero la dificultad de la lengua barroca de Gracián ha hecho imprescindibles algunas de ellas.
Todo el mundo conoce la pregunta de Alicia en el País de las Maravillas: « ¿Y de qué sirve un libro sin dibujos?» Este libro los ha estado pidiendo a gritos desde su nacimiento, aunque durante siglos haya clamado en el desierto. Solo conocemos dos ediciones ilustradas. La primera, de principios del siglo XIX, ha sido felizmente olvidada. La segunda, la de Antonio Saura, de 2001, quedó inconclusa al perecer su autor en el intento. A la tercera va la vencida.
Esperamos que, con tantas facilidades como les ofrecen los autores de la presente edición, los curiosos y amables lectores se animen a conocer y disfrutar las genialidades de Gracián.
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